Las Apóstoles se colocan al servicio de la Iglesia y del pueblo de Dios, atendiendo las principales necesidades de la Iglesia y siendo presencia amorosa del Corazón de Jesús.
Las actividades de las Apóstoles en el área de la salud no se limitan apenas a la recuperación de la salud física, como también, se preocupan con la dimensión espiritual.
La devoción a María, Madre de Jesús y de la Iglesia, trasciende las fronteras geográficas, las lenguas y las tradiciones. Personas de todo el mundo encuentran en María una presencia maternal.