Las Apóstoles se colocan al servicio de la Iglesia y del pueblo de Dios, atendiendo las principales necesidades de la Iglesia y siendo presencia amorosa del Corazón de Jesús.
Las actividades de las Apóstoles en el área de la salud no se limitan apenas a la recuperación de la salud física, como también, se preocupan con la dimensión espiritual.
El mes de junio es un tiempo especial para toda la Iglesia, dedicado a contemplar el Sagrado Corazón de Jesús, la mayor expresión del amor divino revelado en Cristo.