Podemos decir que el origen de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús es tan antiguo como la Iglesia, ya que comenzó en la cruz, donde este Corazón Divino, atravesado por la lanza del soldado, abrió, para todos los hombres, una puerta por donde se puede entrar. Cuando miramos la herida abierta del costado de Jesús, recordamos al mismo tiempo que su Corazón rebosa de amor.
Devoción: ponerse en una actitud de dedicación a una persona, es decir, estar conectado con esa persona, y en el caso en que decimos ser devotos del Corazón de Jesús, significa que hay en nosotros esta disposición y deseo de estar unidos a Él. Ser devoto del Corazón de Jesús significa, sobre todo, manifestar nuestro amor a través de una búsqueda constante de vivir sus enseñanzas. El propio Jesús nos insta a aprender de Él la mansedumbre y la humildad. "Aprendan de mí" (Mt 11,28-30). A través de estas palabras, Jesús se declara a sí mismo como un "Maestro", no un maestro de sabios y conocedores, sino de aquellos que sufren y son oprimidos. Su gran deseo es que todos los hombres lleguen a conocer su amor misericordioso.
Apóstoles del Sagrado Corazón de Jesús